Aliments Onyar es mucho más que una marca de productos ecológicos: es un proyecto social con alma que combina calidad gastronómica y compromiso con la inclusión. Elaboran alimentos ecológicos, locales y de proximidad, como pizzas, salsas, cremas y conservas, con ingredientes de primera calidad y sin aditivos artificiales. Además, su obrador está integrado en la Fundación Ramon Noguera, ofreciendo oportunidades laborales a personas con discapacidad intelectual. Cada producto Onyar no solo apuesta por una alimentación saludable y sostenible, sino que también contribuye a construir una sociedad más justa e inclusiva.
Para quien no os conozca, ¿cómo os definiríais?
Somos Aliments Onyar, una marca de alimentación ecológica y social de la Fundación Ramon Noguera. Elaboramos productos de calidad —pastas, pizzas, patés y salsas vegetales— con ingredientes ecológicos y de proximidad. Integramos a personas con discapacidad intelectual en los procesos de producción, con el objetivo de generar empleo.
¿Cómo surgió la idea de este proyecto?
La idea de Aliments Onyar surgió con el objetivo de crear oportunidades laborales para personas con discapacidad a través de la producción de alimentos ecológicos y de calidad. Este proyecto cobró aún más fuerza cuando, en el año 2017, la Fundación Onyar-La Selva se incorporó al grupo Fundación Ramon Noguera. Esta unión permitió sumar esfuerzos y recursos, consolidando una apuesta clara por la inclusión social mediante el Centro Especial de Trabajo, e impulsando el desarrollo de Aliments Onyar como una marca comprometida con el territorio, las personas y la alimentación sostenible.
¿Qué valores creéis que siempre os han acompañado?
La sostenibilidad, el compromiso y la inclusión. Creemos firmemente que todas las personas tienen capacidades y merecen una oportunidad. También nos guía la responsabilidad con el territorio, con el medioambiente y con nuestros consumidores. Estos valores no son solo palabras: se reflejan cada día en nuestra forma de trabajar y de relacionarnos.
¿Cuáles son los principales problemas a los que os enfrentáis?
Los retos son diversos, pero principalmente destaca el de hacer viable económicamente un proyecto social dentro de un mercado tan competitivo como el de la alimentación.
¿Qué prácticas os diferencian del resto?
Nuestra diferencia es clara: detrás de cada producto hay una historia de inclusión y de oportunidad. Elaboramos productos ecológicos de forma artesanal, con mucho rigor y pasión. No solo hablamos de responsabilidad social: la practicamos cada día.
¿Qué les diríais a las futuras generaciones?
Que los proyectos con valores son posibles y necesarios. Que miren más allá y piensen en qué impacto generan en su entorno. Porque construir una sociedad más justa e inclusiva depende de todas y todos nosotros.