Cal Valls es una empresa familiar que se define como pionera en la producción ecológica de alimentos en España. Con una trayectoria que se remonta a los años 70, se caracteriza por su compromiso con la agricultura sostenible, el respeto por la tierra y la elaboración artesanal de productos naturales, sin aditivos ni procesos industriales innecesarios. Su identidad se construye sobre una profunda conexión con el territorio y una visión ética de la alimentación.
La idea del proyecto nació de la voluntad de ofrecer alimentos saludables y respetuosos con el medio ambiente en una época en la que la agricultura ecológica era prácticamente inexistente en el país. Fue una apuesta arriesgada en su momento, motivada por convicciones personales y una clara preocupación por el impacto ambiental de la agricultura convencional.
Desde sus inicios, Cal Valls ha estado guiada por valores como la honestidad, la coherencia, el respeto por la naturaleza y la búsqueda de calidad en cada producto. Estos principios han sido el hilo conductor de su evolución y siguen marcando cada decisión que toman como empresa.
Entre los principales retos que enfrentan se encuentran las dificultades del pequeño productor ecológico frente a un mercado cada vez más industrializado, así como la necesidad de concienciar al consumidor sobre el verdadero valor de los productos ecológicos y de proximidad. La competencia de grandes marcas que utilizan el sello ecológico de forma superficial es también un desafío constante.
Lo que diferencia a Cal Valls es su autenticidad y su trayectoria: no nacieron con la etiqueta de ecológicos como una estrategia comercial, sino desde la práctica y la convicción. Cultivan sus propios productos, elaboran en origen, y controlan todo el proceso, lo que les permite mantener una trazabilidad real y una calidad excepcional. Además, su modelo familiar y su compromiso con la comunidad local los alejan del modelo de producción masivo.
Cal Valls cree firmemente que el futuro será sostenible o no será, y que cuidar lo que comemos es también cuidar el mundo en el que vivimos.