La dieta sin gluten es la única solución para quien padece esta intolerancia. Seguirla no es difícil si sabes cómo hacerlo. ¡Te lo explicamos!
El gluten es una proteína presente en algunos cereales. Es apreciado por su poder aglutinante, que da elasticidad y firmeza a las masas. Pero muchas personas no son capaces de digerirlo por completo. Cuando lo ingieren, su sistema inmunológico desencadena una reacción adversa, alterando el sistema digestivo. Hablamos de celiaquía o sensibilidad al gluten.
Actualmente hay un amplio abanico de alimentos con los que elaborar menús apetecibles sin necesidad de incluir el trigo. Sólo hay que tener en cuenta siempre los alérgenos, sobre todo a la hora de salir a comer fuera o en el caso de convivir personas celíacas con otras que no lo son.
El arroz, de cualquier tipo, es uno de los cereales apto en la dieta sin gluten. Otros cereales considerados libres de gluten son el maíz, el trigo sarraceno, el mijo y la quinoa. Es importante leer siempre las etiquetas para asegurarse que el alimento que se ingiere está libre de gluten. El productor debe garantizar el contenido máximo permitido de 20 ppm. El símbolo más reconocible entre la comunidad celíaca y que genera más confianza es la espiga barrada.
Los alimentos procesados y los productos a granel son susceptibles de contener trazas de gluten, si cabe esa posibilidad aparecerá indicado en la etiqueta. Para ello, es importante fijarse siempre y leer bien las etiquetas de los productos para asegurarnos de que no son susceptibles de llevar gluten. Las menciones “sin gluten” o el símbolo de la espiga barrada en el envoltorio de los productos, garantizan la ausencia de esta proteína en el producto.
¿Y qué pasa con la pasta, el pan o las harinas? Cada vez hay más productos elaborados a base de harina sin gluten para que las personas con intolerancia o sensibilidad a esta proteína puedan disfrutar de ellos sin necesidad de renunciar a comer cereales, tostadas, pasta, galletas u otros caprichos de repostería.
Cocinar sin gluten no es necesariamente una tarea complicada, pero si compartimos cocina con personas celiacas, aunque sea de forma puntual como una comida o una cena, debemos asegurar cumplir algunas normas para garantizar la seguridad alimentaria y evitar la contaminación cruzada durante el momento del cocinado.
- Almacenar los productos sin gluten aislados de los demás.
- No compartir espacios de elaboración con productos con gluten.
- Limpiar bien las superficies con agua y jabón.
- Hacer primero la comida sin gluten, y después el resto.
- Cocinar con utensilios preferiblemente de metal o plástico ya que no son porosos y se lavan mejor.
¡Es el momento de poner estos consejos en práctica!