La gastronomía sostenible es una forma de cocinar que busca reducir el impacto ambiental, respetar los recursos y fomentar un consumo responsable. Todo esto suena muy bien, pero te preguntaras… ¿y cómo lo hago yo en casa? Muy fácil puedes aplicarte estos 3 pilares: cocina de aprovechamiento, elección de alimentos bio y lucha contra el desperdicio. Adoptar una cocina sostenible no significa renunciar al placer de comer, todo lo contrario, es una forma de reconectar con los alimentos y sus orígenes.
Cocina de aprovechamiento: creatividad y conciencia
La cocina de aprovechamiento es una práctica ancestral que hemos ido perdiendo poco a poco en los tiempos ajetreados actuales. Se trata de dar valor a cada ingrediente, utilizando partes que normalmente se desechan o incluso restos de otras preparaciones. Por ejemplo, con las pieles de las verduras se pueden hacer caldos, con pan duro dados crujientes para el gazpacho o unas sobras se pueden convertir en empanadas. Esta filosofía te invita a ser creativo.
Alimentos bio más allá del sabor
Elegir productos bio es una manera ideal para contribuir a una gastronomía sostenible. Estos alimentos, cultivados sin pesticidas ni fertilizantes químicos, respetan los ciclos naturales del suelo y promueven la biodiversidad. Además, busca que provengan de productores locales y de proximidad para reducir las emisiones derivadas del transporte i favorecer la agricultura local.
El problema del desperdicio alimentario
Cada año se desperdician millones de toneladas de alimentos, muchas veces en perfecto estado para el consumo. Si quieres contribuir a reducir un poco este desperdicio puedes empezar en casa. Preparar una lista antes de ir al supermercado, conservar bien los productos, entender las fechas de caducidad y dar una segunda vida a las sobras son pasos simples, pero poderosos.