En los últimos 10 años la soja ha sido víctima de una campaña de desprestigio muy importante pero realmente no hay nada que apoye a los mitos más extendidos.

¿Por qué existen tantas opiniones contradictorias y confusión sobre la soja? En este artículo desmontamos todos los mitos sin fundamento y te explicamos de dónde procede esta campaña de desprestigio.

Mito 1: La soja tiene estrógeno

Planta de soja.

 

No, la soja no tiene estrógeno. La soja tiene fitoestrógenos, que es algo distinto. Los fitoestrógenos son hormonas vegetales, mientras que los estrógenos son hormonas presentes en los humanos y los animales. De hecho, el consumo de fitoestrógenos (isoflavonas) puede aportar beneficios al cuerpo. Y es que las isoflavonas son antioxidantes potentes y la investigación ha demostrado tener efectos muy positivos en la protección contra cánceres y otras enfermedades.

Si viene la soja es una de las fuentes más ricas de fitoestrógenos, vale la pena señalar que los fitoestrógenos no sólo se encuentran en ese alimento. El café, por ejemplo, también tiene y las manzanas, la avena, las semillas de sésamo, la linaza, las lentejas, el arroz, las zanahorias, la menta, la cerveza y las granadas también.

Mito 2: La soja crea infertilidad

No existe ninguna evidencia que diga que las personas que regularmente comen cantidades elevadas de soja, como los chinos y los japoneses, tengan alterado su sistema reproductivo. Cabe recordar que China es la nación más poblada del mundo y que sus residentes llevan consumiendo soja desde hace más de 3.000 años.

Hemos encontrado un par de estudios que hablan sobre este tema. Por ejemplo, un estudio realizado en 2015 a gran escala mostró que el consumo femenino de soja mejoraba la tasa de éxito en parejas que estaban en tratamiento de fertilidad. En cuanto a los hombres, en 2010 se llevó a cabo un meta-análisis (meta-análisis es la revisión de los resultados obtenidos en muchos estudios científicos independientes). La conclusión de este estudio fue que el consumo de soja no tiene ningún efecto ni negativo ni positivo en la concentración ni la motilidad de los espermatozoides.

Mito 3: La soja causa cáncer

Tofu.

Los estudios realizados hasta ahora apuntan a todo lo contrario y dicen que la soja tiene efectos positivos, y no negativos, en la prevención o ralentización del crecimiento del cáncer.

Si nos centramos en el cáncer de mama, se ha demostrado que el consumo habitual de alimentos de soja puede ser protector contra este tipo de cáncer. Las mujeres que normalmente incluyen productos de soja en su dieta tienen menos probabilidades de desarrollar cáncer de mama, en comparación con otras mujeres. Sin embargo, por ser eficaz, el consumo de soja puede tener que producirse a principios de la vida, ya que el tejido mamario se forma durante la adolescencia. Por ejemplo, la dieta japonesa tradicional, ya desde la infancia, contiene 25-50 mg de isoflavonas (fitoestrógenos) por día en 2-3 porciones de soja.

Centrándonos ahora en el cáncer de próstata, un estudio chino publicado en 2015 encontró que aquellos que consumían soja tenían menor probabilidad de desarrollar este tipo de cáncer y, además, la soja reducía considerablemente el riesgo de metástasis del cáncer.

El número de estudios que prueban que una ingesta de soja no causa cáncer sino lo contrario son cuantiosos; no los pondremos todos en este artículo porque sería una lista demasiado larga pero si tienes preguntas no dudes en ponerse en contacto con nosotros, estaremos encantados de proporcionarte información adicional.

Mito 4: La soja tiene un componente alérgeno importante

Las alergias a la soja en los adultos son poco comunes. Las alergias a la soja en niños son poco habituales, pero no tan raras como en los adultos. El 0,4% de los niños experimentan y suelen superarse a los 7-10 años. Por contrapartida, entre el 2 y el 3% de los niños sufren alergia a la leche de vaca, un porcentaje mucho más elevado que el de la soja.

La intolerancia a la soja es más extendida, pero la intolerancia y la alergia son dos cosas diferentes, siendo la última mucho más grave que la primera. Una verdadera alergia a los alimentos provoca una reacción del sistema inmune que afecta a numerosos órganos del cuerpo. Puede causar varios síntomas. En algunos casos, una reacción alérgica a un alimento puede ser grave o incluso mortal. Sin embargo, los síntomas de intolerancia alimentaria son generalmente menos graves ya menudo limitados a problemas digestivos.

Mito 5: La soja es transgénica

La presencia de alimentos con Organismos Modificados Genéticamente (OMG) es un problema real y muy serio. España es uno de los más permisivos y pro transgénicos de Europa.

Sin embargo, en Europa es muy fácil evitar el consumo de productos transgénicos, ya que la Unión Europea obliga a las empresas a etiquetar sus productos de tal modo que si contienen OMG deben ponerlo. Por tanto, si no pone nada en el etiquetado significa que no contiene transgénicos. Además, los productos con certificación ecológica garantizan que no haya transgénicos, ya que la certificación ecológica no acepta los cultivos transgénicos.

¿De dónde vienen todos estos mitos?

La mayoría de la desinformación sobre la soja puede trazarse a una organización norteamericana llamada Weston A Price Foundation (WAPF). La WAPF es básicamente un lobby láctico que lleva años citando estudios científicamente defectuosos para promover su propia agenda. El poder de la propaganda queda patente en este caso.

Desde NaturaSì queremos animar a todos a desterrar todos los mitos anti-soja y apreciar las grandes cualidades nutricionales que tiene esta humilde legumbre, eso sí, consumido con moderación como lo hacen tradicionalmente los asiáticos. Una ración diaria equivaldría a media taza de tofu o tempeh, media taza de edamame, media taza de soja cocida, un vaso de leche de soja, un yogur de soja o una cucharada de miso.

Puedes leer más sobre todo lo bueno que nos aporta un consumo regular de soja en nuestro artículo “7 beneficios geniales de la soja”.

 

7 beneficios geniales de la soja