¿Qué beneficios tiene consumir alimentos fermentados?

Nuestro intestino transporta billones de bacterias y otros organismos vivos, conocidos como microbiota o flora intestinal, y básicamente lo afectan todo: nuestra digestión, nuestra capacidad de absorber nutrientes, nuestro sistema inmunológico e incluso nuestro estado de ánimo. Así que cuanto más cuidemos nuestra microbiota, más sano estará nuestro intestino y más sanos estaremos nosotros! Una forma de cuidar nuestra flora intestinal es comiendo alimentos fermentados.

  • Fuente de bacterias beneficiosas. Los alimentos fermentados como los yogures, la chuprut, el kombutxa y el kéfir contienen microorganismos vivos que tienen un efecto probiótico. Esto significa que estas bacterias pueden ayudar a restaurar el equilibrio de las bacterias en el intestino.
  • Capacidad antifúngica. Uno de los subproductos de la fermentación es el ácido acético. Este compuesto que ingerimos cuando comemos productos fermentados puede suprimir el crecimiento de las bacterias y levaduras menos deseables y promover cepas más beneficiosas, lo que mejora la salud de nuestra microbiota.

 

¿Por qué mejor que los fermentados sean bio?

La presencia de pesticidas en los alimentos que se utilizan para fermentar (col, leche, soja…) disminuye la tasa de crecimiento de las levaduras y bacterias, provocando fermentaciones varadas y lentas. Estos cambios tienen repercusión en diversos aspectos de la calidad de los alimentos fermentados, con un cambio en sus propiedades físico-químicas y menor presencia de antioxidantes polifenólicos[1].

En el caso de fermentados hechos con hortalizas, es importante que sean ecológicas porque esto significa que tienen todas las bacterias y microorganismos que se encuentran naturalmente en el suelo. ¡Esto hace que el proceso de fermentación sea aún mejor porque hay más bacterias trabajando y multiplicándose!

Si desea obtener todos los beneficios de la fermentación, ¡elige ecológico!

 

Los 6 mejores alimentos fermentados

1. Kéfir

El kéfir es un líquido fermentado de textura similar a la del yogur. Puede elaborarse con leche de vaca, cabra u oveja y recientemente han salido al mercado variedades vegetales hechas con leche de coco. El kéfir es rico en nutrientes, ácidos orgánicos y probióticos. Es muy beneficioso para la digestión y la salud intestinal. Para saber más sobre el kéfir y sus beneficios lee nuestro artículo Beneficios del kéfir, fuente de probióticos

Beneficios del kéfir, fuente de probióticos

2. Kombucha

El kombutxa es una bebida fermentada, ligeramente carbonatada gracias a fermentación natural y con un gusto entre ácido, dulce y avinagrado que recuerda a la sidra o al cava.

El kombucha está elaborado con una base de té verde o negro, o combinaciones de éstos. A la infusión del té, se añade una colonia de levaduras y bacterias, conocida como madre o SCOBY (Symbiotic Colony of Bacteria and Yeast) y azúcar y se deja fermentar durante un par de semanas.

Para saber más sobre el kombutxa y sus beneficios lee nuestro artículo Todo lo que tienes que saber sobre el kombucha

Todo lo que debes saber sobre el kombucha, la bebida detox de moda

 

3. Miso

 

Genmai miso de Tierra Sana, sin pasteurizar y envasado en vidrio.

 

El miso es un condimento común en la cocina japonesa. Se elabora haciendo fermentar la soja con sal y koji (esporas del hongo Aspergilus Oryzae). Hay diferentes tipos de miso pero si quieres beneficiarte de sus cualidades probióticas tienes que comprar no pasteurizados como los de la marca Terra Sana que vendemos en NaturaSì, y que, además, vienen envasados en vidrio.

Tipos de miso:

  • Genmai miso es una variedad de miso hecho con soja y arroz integral, fermentados durante un año junto con koji a temperatura ambiental. Genmai miso es un alimento fermentado, que destaca por ser muy aromático, de sabor fuerte y agradable.
  • El Mugi miso está elaborado a partir de soja y cebada, fermentados con koji también durante un año a temperatura ambiental. Este miso es una mezcla perfecta de cinco sabores: salado, dulce, amargo, ácido y umami.

 

4.  Chucrut

Chucrut de col lombarda de nuestra marca propia Rel.

 

El chucrut es una de las formas más comunes y antiguas de conservar el repollo y se remonta como fuente de alimento desde el siglo IV a. Contiene una gran cantidad probióticos de la cepa del ácido láctico (Lactobacillus) y tiraminas.

Todavía hoy en Alemania, aproximadamente 200.000 toneladas de repollo se transforman en chucruto. La chukra también es muy popular en Estados Unidos y Francia y cada vez más en nuestro territorio.

5. Kimchi

Ensalada de garbanzos y kimchi

 

En NaturaSì nos encanta el kimchi, su explosión de sabores indescriptible. El kimchi son hortalizas fermentadas en una salsa picante, que no sólo están buenísimas (¡si te gusta el picante!), sino que tienen un montón de propiedades beneficiosas por su carga probiótica y de enzimas digestivas (ácido acético). Al igual que en el caso de la chupruto, el es rico en la cepa de bacterias Lactobacillus.

El kimchi es un plato típico de Corea. Siempre está presente en la mesa de los coreanos. Es conocido como la fermentación de la col china acompañada de otras verduras y muchos más ingredientes.

Los NUEVOS kimchis BIO de nuestra marca Rel no están pasteurizados por lo que tienen sus propiedades probióticas intactas y, además, al igual que nuestros chucrados, están envasados en vidrio.

Tenemos dos tipos:

  • Kimchi de nabo, mostaza daikon y zanahoria.
  • Kimchi de col, pimiento rojo y puerro.

 

6. Yogur

Yogur de coco de la marca Abbot Kinney’s.

 

¿Qué podemos decir del yogur que no sepas? ¡Pues quizás decir que a nivel de probióticos los yogures vegetales también son una opción bien válida! En nuestras tiendas encontrarás coco y almendra de la marca Abbot Kinney’s y también de soja de la marca Sojade.

El yogur tradicional está hecho de leche de vaca, cabra u oveja y está elaborado por la fermentación bacteriana de la leche. Las bacterias utilizadas para hacer yogur se llaman «cultivos de yogur», que fermentan la lactosa, el azúcar natural que se encuentra en la leche. Este proceso produce ácido láctico, una sustancia que hace que las proteínas de la leche se cuaje, dando al yogur su sabor y textura únicos.

En el caso de los yogures vegetales los cultivos no «comen» los azúcares de la lactosa sino los azúcares que hay en el ingrediente que se utiliza (coco, almendra, etc). El resultado a nivel de acidez y cualidades probióticas es similar.

 

[1] Jorge Regueiro et al., 2012. Una revisión sobre la fermentación de los alimentos y los residuos de biotransformación de los pesticidas y efectos de los pesticidas sobre la fermentación y calidad de los alimentos.